lunes, 24 de octubre de 2011

El Moldava (Bedrich Smetana)

Bedrich Smetana (1824-1884) desarrolló un estilo musical que se identificó íntimamente con las aspiraciones nacionales checas a la independencia. No en vano, se le considera el padre de la música checa.
El Moldava (1875) forma parte del ciclo de poemas sinfónicos Mi patria, que retrata la historia, las leyendas y el paisaje de la patria de Smetana. En palabras del propio compositor,
La composición describe el curso del Moldava: el nacimiento en dos pequeños manantiales, el Moldava Frío y el Moldava Caliente, su unión, el discurrir a través de bosques y pastizales, a través de paisajes donde se celebra una boda campesina, la danza de las náyades a la luz de la luna; en las cercanías del río se alzan castillos orgullosos, palacios y ruinas. El Moldava se precipita en los rápidos de San Juan y después se ensancha de nuevo y fluye apacible hacia Praga, pasa ante el castillo Vysehrad y se desvanece majestuosamente en la distancia, desembocando en el Elba.


La descripción del curso del río, los paisajes por los que discurre y los motivos a que da lugar es tan vívida que parece que los estamos viendo. El tema inicial, que representa los dos manantiales de los que nace el Moldava, es interpretado con flauta. Más adelante se puede oír la sección de metales representando los sonidos de los cuernos de caza en un bosque, una polka que representa la danza de la boda campesina y las cuerdas, representando la danza de las ninfas acuáticas. Los címbalos y timbales representan, con gran viveza, los rápidos de San Juan.

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